lunes, 4 de mayo de 2015

Tratamiento

Y seis meses después logró vencer el maleficio que lo devoraba sigilosamente por dentro y le hacía difícil el poder respirar, dándose así cuenta que no era tan grave, que las cicatrices que le habían quedado eran grandes medallas obtenidas tras la lucha constante contra aquellos seres que no podían ser percibidos a simple vista, que atacaban sin piedad si descuidaba sus defensas y dejaba de tomar las semillas que lo protegían; sin embargo recordando ahora el principio y el camino de la extensa batalla, piensa que pase lo que pase sabrá salir adelante pues esta prueba ya la había superado.