Con una estaca en el pecho,
Corrí sin rumbo fijo,
Pues sin abrir la boca con la mirada dijo:
No necesito más de ti, ya todo está hecho,
Mas no le importó si yo caía deshecho.
Total, ya me habían consumido hasta las palmas,
Y sin importar si perdía mi calma,
continué corriendo desesperadamente,
Pues hoy mi vida tristemente
Dejó de creer que las personas tienen alma.