sábado, 27 de diciembre de 2014

TERMINAL

Noticia de impacto brutal
Me informan,  que viene mi final
No lo acepto, yo me quiero quedar

Es tarde,  me avisa sin mas
Un hombre que viste un disfraz
Tan blanco, como la luz astral

Exploto, maldita realidad
Lo noto, sólo quiero gritar
No me mientan

Negocio, un pacto irreal
Un ente, vendrá y me sanará
Le ofrezco, mi alma por un día más

Comprendo, no lo puedo alargar
Me encierro, en mar de lágrimas.
Me voy de acá

Ahhhh      Ahhhh
Ahora mirare adelante, yo sé no hay marcha atrás
Disfrutar todo cada instante, como lo hice jamás


No sé si allá habrá otra vida, o sólo oscuridad

Me voy no lloren mi partida, fui feliz de verdad.

viernes, 17 de octubre de 2014

Diagnóstico

Eran años buscando respuestas, años viajando, deambulando y visitando a hombres y mujeres vestidos de blanco, todos ellos con un semblante muy cercano, todos con con carencia de empatía y sentido de afectividad alguna. Eran años de pieles incrustadas por aguijones de metal frío y oxidado; años de habitaciones oscuras y de drogas legales por doquier; de ojos artificiales que  exploraban cada zona interna del  ser como si se tratara de alguna especie de bicho usurpador, en busca de alguna anomalía o de alguna patología. Mientras tanto su voz se apagaba lentamente, y el liquido rojo que arrojaba por su medio de comunicación se hacía cada vez más constante, como si su cuerpo se negara a drenar sangre hacia su corazón prefiriendo así expulsarla por el desagüe de los sueños rotos y consumiendo sus ganas de vivir.

lunes, 1 de septiembre de 2014

II. Avaricia

AVARICIA

No,
Las nebulosas ya no podían distanciarse, el tiempo que ambas llevaban juntas era incalculable, sin embargo una de ellas se vislumbraba con un pálido amargo, atrás habían quedado esos tonos rojizos e incandescentes que caracterizaban a esas dos nubes de gas y polvo espacial, sólo una de ellas se acentuaba totalmente viva, llena de calor, morbo y de energía, una energía singular que parecía a su vez estar absorbiendo a su compañera inseparable. Ambas habían atravesado siglos, milenios, crones y eones juntas, siempre brillando a la misma intensidad, pero las cosas ya no marchaban de la misma manera. La nebulosa colmada de brío y embriagada de luz se sentía deseosa de más, tenía la necesidad de querer iluminar todo el universo, ella quería ser infinita, pero ese capricho no podía ser concebido, ya que para ser infinito es necesario ser oscuridad, porque la luz vaya al lugar que fuera siempre tendrá un límite, donde al atravesar la línea final, comenzará el vació y será penumbra nuevamente. El cúmulo de gases y escarcha sofocante miraba con desolación a su compañera, que cada vez iba perdiendo el intenso color y la llama ardiente que alguna vez tuvo dentro de sí, su soma se iba desvaneciendo, y la oscuridad se iba adentrando en ella sin ninguna cautela. Había tomado una decisión, la nebulosa robusta de luz terminó por absorber por completo lo poco de vida que le quedaba a su compañera, la cual se iba convirtiendo en frío y vacío, en penumbra y oscuridad, mientras que ella se esmeraba cada vez más en  alejarse y  así recorrer años luz el infinito universo, en busca de más nebulosas a quienes consumir para poder llegar a ser interminable como la nada grotesca y fúnebre que colma cada rincón de la galaxia. Muy lejos en la podredumbre, saturada por repugnantes hogueras incandescentes, las pieles marchitas de los clérigos que ahora eran demonios, pues sólo en apariencia habían transmutado, observaban lo que ocurría con esas millones de partículas que formaban dos seres de polvos espaciales; pieles que hambrientas de poder y deseosas de encontrar el momento propicio para atacar como bestias carroñeras, esperaban con ansias el día de poseer toda la energía que emanaban esos cuerpos sofocantes, sin embargo ya se habían percatado de que sólo quedaba una fuente de excesiva braveza y ardor, que ya su compañera había sido consumida y a su vez esta sin querer había pasado a ser parte del infinito universo, ya que el vacío se había apoderado por completo de su ser. 

domingo, 31 de agosto de 2014

I. Lujuria

Sí,
las pieles de los demonios ya reclamaban aquello que faltaba para completarlos, sólo el sello de esas dos nebulosas encajaban en la podredumbre más allá del purgatorio. Lejos, en el infinito universo vagaban ambos cúmulos de gases y polvos espaciales que se entrecruzaban y parecían formar uno solo, la fricción provocaba que las dos nebulosas brillaran como si la luz de las estrellas se reflejara en el soma multicolor que proyectaban. La temperatura incrementaba paulatinamente, y el tono rojizo acaparaba con más rapidez los cuerpos inseparables, debían saber que aquello que sentían era solo una ínfima chispa a comparación de lo que los demonios les tenían preparado muy lejos en el inframundo. Estaba decidido, eran los elegidos, la luz rojiza y el calor sofocante que las nebulosas emanaban eran atractivo principal de las pieles demoniacas esclavizadas en el infierno que continuaban reclamando aquello que por fin habían encontrado, aquello que quizá no podrán tener hoy, ni podrán tener mañana, pero eso no les preocupaba, pues la impaciencia no formaba parte de su naturaleza.